Todo sobre la espondilitis en perros: causas, síntomas y tratamiento

Enfermedades del Sistema Nervioso en Perros
Índice

¿Qué es la espondilitis en perros?

La espondilitis en perros es una enfermedad inflamatoria que afecta principalmente a la columna vertebral de los caninos. Este padecimiento se caracteriza por la inflamación de las vértebras, lo que puede resultar en un dolor significativo y una rigidez progresiva en la espalda del animal. A menudo, esta enfermedad se confunde con otros trastornos de movilidad debido a sus síntomas comunes como el dolor y la dificultad para moverse, pero es crucial entender que la espondilitis tiene particularidades que demandan un enfoque específico en términos de diagnóstico y tratamiento.

La espondilitis puede aparecer en cualquier etapa de la vida del perro, pero es más común en perros de edad avanzada y en ciertas razas que tienen predisposición genética a problemas de columna. La detección temprana es fundamental para manejar efectivamente los síntomas y mejorar la calidad de vida del animal afectado. Es importante mencionar que la espondilitis anquilosante en perros es una forma particular de esta enfermedad que requiere atención especializada. Además, es importante considerar que la espondilosis en perros, que se refiere a la degeneración de las vértebras, también puede influir en la esperanza de vida de los caninos afectados.

Importancia de la detección temprana y el tratamiento

Detectar la espondilitis a tiempo en perros es crucial para evitar la progresión rápida de la enfermedad y minimizar el sufrimiento del animal. Un diagnóstico precoz permite iniciar tratamientos que pueden ir desde cambios en el estilo de vida y medicación hasta opciones más invasivas como la cirugía, dependiendo de la severidad y el progreso de la enfermedad.

El tratamiento temprano no solo mejora la calidad de vida del perro, sino que también puede desacelerar significativamente el avance de la espondilitis, ayudando a preservar la movilidad y reducir el dolor. Por esto, es esencial que los dueños de perros estén atentos a los primeros signos de problemas de espalda y consulten a un veterinario ante cualquier cambio sospechoso en el comportamiento o movilidad de sus mascotas.

Causas y Factores de Riesgo

Factores genéticos y predisposiciones raciales

La espondilitis en perros no es aleatoria y ciertos factores genéticos pueden predisponer a algunas razas a desarrollar esta condición más frecuentemente que otras. Razas grandes y de crecimiento rápido, como los Pastores Alemanes, Rottweilers y Great Danes, son particularmente susceptibles a problemas de columna, incluida la espondilitis. Estos perros tienden a tener una mayor incidencia debido a la carga genética que puede fomentar el desarrollo de enfermedades degenerativas articulares y de la columna vertebral desde una edad temprana.

Los estudios genéticos han mostrado que ciertos marcadores están asociados con una mayor probabilidad de desarrollar espondilitis. Esto sugiere que la predisposición genética juega un papel crucial, y la investigación en esta área continúa avanzando, proporcionando esperanza para futuras estrategias de prevención o tratamiento más dirigidas.

Influencia de la edad y el estilo de vida en el desarrollo de la espondilitis

A medida que los perros envejecen, sus cuerpos naturalmente degeneran, lo que incluye el desgaste de las articulaciones y las vértebras de la columna. Este proceso puede ser acelerado por un estilo de vida sedentario o por condiciones de vida que no soportan la salud óptima de las articulaciones. La obesidad es un factor de riesgo significativo ya que pone estrés adicional en la columna y las articulaciones, lo que puede precipitar o agravar la espondilitis.

Por otro lado, los perros que participan en actividades físicas extenuantes sin un entrenamiento adecuado o recuperación también pueden estar en riesgo. El alto impacto repetitivo en la columna vertebral, típico en algunas actividades y deportes caninos, puede contribuir al desarrollo temprano de la espondilitis. Es importante tener en cuenta que la espondilosis lumbar en perros también puede ser una consecuencia del desgaste en la columna vertebral y puede influir en su calidad de vida.

Consecuencias de traumas y lesiones previas

Los traumas directos en la columna vertebral, como los que pueden ocurrir en accidentes o durante actividades físicas de alto riesgo, son factores de riesgo significativos para el desarrollo de la espondilitis en perros. Una lesión puede no solo dañar físicamente las vértebras sino también iniciar un proceso inflamatorio que puede extenderse y convertirse en crónico, llevando a la espondilitis.

Es crucial que los dueños de perros tomen medidas preventivas, como el uso de arneses en lugar de collares para evitar la presión indebida en el cuello y la columna durante los paseos, y la supervisión adecuada durante el juego o el ejercicio para minimizar el riesgo de lesiones.

Síntomas y Signos de Alerta

Primeros síntomas comunes de la espondilitis en perros

La detección temprana de la espondilitis en perros a menudo depende de la observación cuidadosa de los primeros síntomas por parte del dueño. Estos síntomas iniciales pueden ser sutiles y se desarrollan gradualmente, lo que hace que a veces sean difíciles de reconocer inmediatamente como signos de un problema serio. Los primeros indicadores incluyen:

  • Rigidez general, especialmente después de descansar o durante las primeras horas de la mañana.
  • Dolor evidente al realizar ciertos movimientos o al tocar la columna vertebral.
  • Dificultad para levantarse o acostarse, lo que puede parecer que el perro tiene problemas para encontrar una posición cómoda.
  • Reluctancia a saltar o subir escaleras, actividades que antes realizaba sin dificultad.

Estos síntomas pueden confundirse fácilmente con signos generales de envejecimiento o con otras enfermedades menos graves. Por lo tanto, es crucial estar atento y consultar a un veterinario si se observan cambios en el comportamiento físico del perro que persisten o empeoran.

Cambios de comportamiento relacionados con el dolor

Además de los cambios físicos, los perros con espondilitis pueden mostrar alteraciones en su comportamiento debido al dolor y la incomodidad. Estos cambios pueden incluir:

  • Irritabilidad o agresión que aparece sin una causa clara, especialmente si se manifiesta cuando se tocan áreas afectadas de la espalda.
  • Retiro de actividades sociales o interacciones que antes disfrutaba; el perro puede parecer más retraído y menos interesado en jugar o recibir caricias.
  • Lamerse o morderse las áreas alrededor de la columna vertebral, un intento de aliviar el dolor o la irritación.

Reconocer estos cambios de comportamiento es esencial para entender el nivel de dolor y malestar que puede estar experimentando el perro, lo que es crucial para un diagnóstico y tratamiento oportunos.

Síntomas avanzados de la enfermedad

A medida que la espondilitis avanza sin tratamiento, los síntomas se vuelven más graves e incapacitantes. En etapas avanzadas, se pueden observar:

  • Pérdida de control de los músculos de la espalda, resultando en una postura anormal o colapso.
  • Severa limitación en la movilidad, hasta el punto en que el perro puede ser incapaz de levantarse sin asistencia.
  • Atrofia muscular debido a la falta de actividad y el dolor continuo.
  • Incontinencia urinaria o fecal en casos muy graves, debido a la afectación de los nervios que controlan estas funciones.

Estos síntomas representan una etapa crítica de la enfermedad y requieren atención veterinaria inmediata para aliviar el sufrimiento del animal y proporcionarle la mejor calidad de vida posible bajo las circunstancias.

Diagnóstico

Métodos diagnósticos: Evaluación clínica inicial

El proceso de diagnóstico de la espondilitis en perros comienza con una evaluación clínica detallada. Durante esta evaluación inicial, el veterinario llevará a cabo un examen físico completo, prestando especial atención a la columna vertebral del perro. Este examen puede incluir la palpación (tacto) de la columna para identificar áreas de dolor, inflamación o deformidad anormal.

El veterinario también observará el movimiento y comportamiento del perro, evaluando signos como dificultad para levantarse, rigidez o limitaciones en el rango de movimiento. Además, se revisará el historial médico del animal para identificar cualquier factor que pueda contribuir al desarrollo de la espondilitis, como lesiones anteriores, problemas genéticos conocidos o condiciones de salud preexistentes.

El papel de la radiografía y otras imágenes diagnósticas

Para un diagnóstico definitivo de espondilitis, las pruebas de imagen son esenciales. La radiografía (rayos X) es la herramienta más comúnmente utilizada para visualizar la estructura ósea de la columna vertebral y detectar cambios anormales como la erosión de las vértebras, la formación de espolones óseos o la fusión de las vértebras. Estos hallazgos son indicativos de espondilitis y pueden ayudar a determinar el alcance y la gravedad de la enfermedad.

En casos donde se necesita una visualización más detallada o cuando los rayos X no proporcionan suficiente información, se pueden emplear otras técnicas como la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM). Estas pruebas son más precisas para observar las estructuras blandas y pueden detectar la presencia de inflamación y otros cambios que no son visibles en las radiografías.

Confirmación del diagnóstico: pruebas avanzadas

Además de las imágenes diagnósticas, en algunos casos se pueden requerir pruebas más específicas para confirmar el diagnóstico de espondilitis. Estas pruebas pueden incluir análisis de sangre para detectar marcadores de inflamación y pruebas específicas para descartar otras enfermedades que puedan presentar síntomas similares, como enfermedades infecciosas o cáncer.

En situaciones donde el diagnóstico sigue siendo incierto, se puede recurrir a una biopsia de las vértebras afectadas. Este procedimiento implica tomar una pequeña muestra de tejido de la vértebra para ser examinada bajo microscopio, lo cual puede ayudar a confirmar la presencia de procesos inflamatorios característicos de la espondilitis.

Tipos de Espondilitis en Perros

Espondilitis Infecciosa en perros

Esta forma de espondilitis ocurre cuando una infección bacteriana, viral o fúngica afecta las vértebras. Los patógenos pueden llegar a la columna vertebral a través del torrente sanguíneo desde otras áreas del cuerpo o por una infección directa en la columna. El tratamiento generalmente involucra antibióticos o antifúngicos específicos dependiendo del agente causante.

Espondilitis Anquilosante en perros

Es más similar a la espondilitis anquilosante que se ve en humanos, donde el sistema inmunológico del perro ataca sus propias vértebras, llevando a una inflamación crónica y eventual fusión de las vértebras. Esta condición es más común en algunas razas como los Pastores Alemanes. El tratamiento se centra en la administración de inmunosupresores y AINEs para controlar la inflamación y el dolor.

Espondilitis Degenerativa en perros

Este tipo de espondilitis está relacionado con el envejecimiento y el desgaste de la columna vertebral. Se caracteriza por la degeneración de los discos intervertebrales y la formación de espolones óseos que pueden irritar los nervios espinales. El manejo de esta condición incluye terapias de apoyo como la fisioterapia, medicamentos para el dolor, y modificaciones en el estilo de vida. Además, es importante hacer una distinción entre la espondilosis deformante en perros y la espondilitis, ya que ambas condiciones afectan la salud vertebral pero tienen diferentes causas y tratamientos.

Espondilitis Traumática en perros

Ocurre como resultado de un trauma directo a la columna vertebral, lo que causa inflamación y dolor en las vértebras afectadas. Puede ser causada por accidentes, como ser atropellado por un coche o caídas graves. El tratamiento generalmente incluye reposo, medicación para el dolor y, en algunos casos, cirugía para reparar el daño vertebral.

Espondilitis Asociada a Enfermedades Autoinmunitarias

Algunos perros pueden desarrollar espondilitis como parte de un trastorno autoinmunitario más amplio, donde el sistema inmunológico ataca varias partes del cuerpo, incluidas las vértebras. El tratamiento para esta forma de espondilitis puede incluir medicamentos que modulan o suprimen el sistema inmunológico.

Estos tipos de espondilitis en perros demuestran la complejidad y variedad de la enfermedad, requiriendo enfoques de tratamiento y manejo específicos para cada caso. Cada tipo tiene sus propios desafíos diagnósticos y terapéuticos, haciendo esencial una colaboración estrecha entre los dueños de mascotas y los profesionales veterinarios para optimizar los resultados de salud para los perros afectados.

Tratamiento y Manejo

Opciones de tratamiento conservador

El manejo de la espondilitis en perros a menudo comienza con un enfoque conservador, especialmente en las etapas tempranas de la enfermedad o en casos menos severos. Las principales opciones de tratamiento conservador incluyen:

  • Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs): Estos medicamentos son fundamentales para reducir la inflamación y aliviar el dolor asociado con la espondilitis. Es crucial que sean administrados bajo supervisión veterinaria, ya que el uso prolongado puede tener efectos secundarios, especialmente en el sistema gastrointestinal y renal de los perros.
  • Modificadores de la actividad y reposo: Limitar ciertas actividades que pueden exacerbar el dolor o el daño vertebral es esencial. Esto puede incluir restringir saltos, carreras intensas y juegos bruscos. Proporcionar un lugar de descanso cómodo y accesible es igualmente importante para asegurar que el perro mantenga una calidad de vida adecuada.
  • Terapia física y rehabilitación: La fisioterapia puede ser muy beneficiosa para mantener la movilidad y fortalecer los músculos sin someter a la columna a estrés adicional. Técnicas como la hidroterapia o ejercicios controlados pueden ayudar significativamente.

Medicamentos comúnmente prescritos y sus efectos

Además de los AINEs, otros medicamentos pueden ser prescritos para gestionar el dolor y la inflamación. Estos pueden incluir:

  • Corticosteroides: Utilizados para controlar casos severos de inflamación, los corticosteroides deben usarse con precaución debido a su potencial para efectos secundarios a largo plazo, como el aumento del riesgo de infecciones y alteraciones en el metabolismo.
  • Relajantes musculares: Pueden ser prescritos para aliviar los espasmos musculares, que son comunes en perros con espondilitis y pueden contribuir al ciclo de dolor y rigidez.
  • Suplementos nutricionales: Elementos como el glucosaminoglicano y el omega-3 pueden ser recomendados para apoyar la salud de las articulaciones y reducir la inflamación.

Cirugía: ¿Cuándo es necesaria?

La cirugía puede considerarse en casos de espondilitis avanzada o cuando los tratamientos conservadores no han logrado aliviar significativamente los síntomas. Los procedimientos quirúrgicos pueden variar desde la descompresión de la médula espinal hasta la estabilización de las vértebras. La decisión de proceder con la cirugía depende de varios factores, incluyendo la salud general del perro, la severidad de la enfermedad y la respuesta a otros tratamientos.

La cirugía ofrece la posibilidad de mejorar sustancialmente la calidad de vida en perros con espondilitis severa, pero también conlleva riesgos como cualquier procedimiento quirúrgico mayor. La evaluación cuidadosa por parte de un veterinario especializado en neurología o cirugía ortopédica es crucial para determinar la viabilidad y el pronóstico esperado de la cirugía.

Manejo del Dolor y Cuidados en Casa

Estrategias de manejo del dolor en casa

El manejo efectivo del dolor es un componente crítico en el tratamiento de la espondilitis en perros. Los dueños de mascotas pueden adoptar varias estrategias en casa para ayudar a aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida de sus perros:

  • Aplicación de calor o frío: La aplicación de compresas calientes o frías puede ayudar a aliviar el dolor y la inflamación en la columna vertebral. Es importante usar estas técnicas con precaución y bajo la orientación de un veterinario para asegurar que se apliquen de manera segura.
  • Camas ortopédicas: Invertir en una cama ortopédica de calidad puede proporcionar un soporte significativo para la columna vertebral y las articulaciones, reduciendo la presión y el dolor mientras el perro descansa.
  • Supervisión del peso: Mantener un peso saludable es crucial, ya que el exceso de peso puede aumentar la presión sobre la columna y las articulaciones afectadas, exacerbando el dolor y la movilidad reducida.

Importancia de la dieta y el ejercicio moderado

Una dieta balanceada y adecuada es vital para mantener la salud general y apoyar la gestión de la espondilitis. Alimentos ricos en ácidos grasos omega-3 y antioxidantes pueden ayudar a reducir la inflamación y apoyar la integridad de las articulaciones. Consultar con un veterinario sobre la dieta más adecuada para un perro con espondilitis es esencial para asegurar que se satisfagan todas sus necesidades nutricionales.

El ejercicio moderado y regular, adaptado a la capacidad y el nivel de dolor del perro, es igualmente importante. Actividades como caminatas cortas y suaves pueden ayudar a mantener la movilidad y fortalecer los músculos sin someter a la columna a un estrés excesivo. Es vital considerar también la posibilidad de espondilosis lumbar en perros, que puede influir en el tipo de ejercicio que se debe realizar.

Adaptaciones y ayudas para perros con espondilitis

Además de las modificaciones dietéticas y de ejercicio, pueden hacerse otras adaptaciones en el hogar para facilitar la vida diaria de un perro con espondilitis:

  • Rampas y escaleras: Utilizar rampas o escaleras para ayudar a los perros a subir a lugares elevados como camas o autos puede minimizar el estrés en la columna vertebral.
  • Soporte de movilidad: En algunos casos, el uso de arneses de soporte o carritos puede ser apropiado para perros con movilidad severamente restringida, permitiéndoles continuar participando en actividades diarias con menos dolor.

El manejo adecuado del dolor y la implementación de cuidados en casa son fundamentales para mantener la calidad de vida de los perros con espondilitis, permitiendo que manejen mejor su condición y disfruten de una vida más cómoda y feliz.

Prevención

Medidas preventivas para reducir el riesgo de espondilitis

Aunque no todas las formas de espondilitis en perros pueden prevenirse debido a factores genéticos y de envejecimiento, hay medidas que los dueños pueden tomar para minimizar el riesgo y posiblemente retrasar la aparición de la enfermedad:

  • Control de peso: Mantener un peso corporal saludable es fundamental para reducir la carga en la columna vertebral y las articulaciones. Una dieta equilibrada y ejercicio regular son clave para evitar la obesidad, un factor de riesgo significativo para el desarrollo de problemas articulares y de columna.
  • Ejercicio adecuado: Proporcionar una rutina de ejercicio que sea adecuada para la edad y el tipo de perro puede ayudar a mantener los músculos fuertes y las articulaciones flexibles, reduciendo el riesgo de lesiones y desgaste que pueden contribuir a la espondilitis.
  • Cuidado preventivo veterinario: Visitas regulares al veterinario para controles de salud pueden ayudar a detectar y manejar precozmente condiciones que podrían exacerbar o desencadenar la espondilitis.

El papel de la nutrición y la suplementación

Una nutrición adecuada juega un papel crucial en la prevención de muchas enfermedades, incluida la espondilitis. Alimentos formulados para apoyar la salud de las articulaciones, que incluyan:

  • Glucosamina y condroitina: Suplementos que ayudan a mantener la salud del cartílago y pueden reducir la degeneración articular.
  • Ácidos grasos Omega-3: Conocidos por sus propiedades antiinflamatorias, estos ácidos grasos pueden ayudar a reducir la inflamación en todo el cuerpo, incluidas las articulaciones y la columna vertebral.

Importancia del chequeo regular y la detección precoz

Programar chequeos veterinarios regulares es esencial para la detección temprana de cualquier signo de espondilitis u otras condiciones relacionadas. Un diagnóstico temprano puede llevar a intervenciones más tempranas, que a menudo resultan en un mejor pronóstico a largo plazo. Durante estas visitas, el veterinario puede evaluar la condición física del perro, realizar ajustes en la dieta o el régimen de ejercicio, y recomendar tratamientos preventivos si es necesario.

Estudios recientes y avances en el tratamiento

La investigación continua en el campo de la veterinaria ha llevado a avances significativos en el tratamiento y manejo de la espondilitis en perros. Estudios recientes han explorado todo, desde nuevos medicamentos hasta técnicas quirúrgicas innovadoras y terapias alternativas:

  • Investigación en farmacología: Nuevos medicamentos que apuntan a la inflamación y el dolor de manera más efectiva y con menos efectos secundarios están en desarrollo, prometiendo mejorar el manejo del dolor en perros con espondilitis.
  • Avances en técnicas quirúrgicas: Las técnicas quirúrgicas están evolucionando para ofrecer intervenciones más precisas y menos invasivas que pueden resultar en tiempos de recuperación más rápidos y menos dolorosos para los perros afectados.
  • Terapias alternativas: Terapias como la acupuntura y la aromaterapia están siendo estudiadas por sus potenciales beneficios en la reducción del dolor y la mejora de la calidad de vida en perros con condiciones crónicas como la espondilitis.

Bienestar Emocional y Apoyo Psicológico

Impacto emocional en perros con espondilitis

La espondilitis no solo afecta físicamente a los perros, sino que también puede tener un impacto significativo en su bienestar emocional. Los perros pueden experimentar frustración y depresión como resultado de su dolor y limitaciones físicas. Es crucial para los dueños reconocer y abordar estos aspectos psicológicos:

  • Cambios en el comportamiento: Un perro con dolor puede volverse más retraído, menos interactivo, o mostrar signos de irritabilidad. Estar atento a estos cambios es vital para proporcionar el apoyo necesario.
  • Enriquecimiento ambiental: Mantener la mente del perro estimulada es esencial. Juguetes interactivos, juegos de olfato, y actividades que no requieran esfuerzo físico intenso pueden ayudar a mantener su ánimo elevado.

Apoyo psicológico para los dueños

El diagnóstico de espondilitis en una mascota también puede ser emocionalmente desafiante para los dueños. El apoyo psicológico para ellos es igualmente importante, incluyendo:

  • Grupos de apoyo: Unirse a grupos de dueños de mascotas que enfrentan desafíos similares puede proporcionar un valioso sistema de apoyo. Compartir experiencias y consejos puede ayudar a los dueños a sentirse menos aislados y más empoderados para manejar la condición de su perro.
  • Consultas regulares con el veterinario: Mantener una comunicación abierta con el veterinario puede aliviar las preocupaciones sobre el manejo de la enfermedad y las opciones de tratamiento. Saber que están tomando medidas activas para mejorar la calidad de vida de su perro puede proporcionar un gran alivio emocional.

Estrategias para mejorar la calidad de vida

Además de los tratamientos médicos y las adaptaciones físicas, hay estrategias específicas que pueden mejorar significativamente la calidad de vida tanto de los perros con espondilitis como de sus dueños:

  • Rutinas adaptadas: Ajustar la rutina diaria para incorporar tiempos de descanso adecuados, actividades de bajo impacto y interacciones positivas puede ayudar a manejar mejor la condición.
  • Comunicación efectiva con los profesionales de la salud: Trabajar estrechamente con veterinarios y, si es necesario, con especialistas en rehabilitación, puede asegurar que todas las necesidades del perro estén siendo atendidas y que los tratamientos se ajusten según sea necesario.

Preguntas Frecuentes (FAQs) sobre la Espondilitis en Perros

¿Qué es exactamente la espondilitis en perros?

La espondilitis es una enfermedad inflamatoria que afecta principalmente la columna vertebral de los perros. Se caracteriza por la inflamación de las vértebras, lo que puede llevar a la fusión de estas y resultar en rigidez y dolor significativos. Esta condición puede ser causada por factores autoinmunes, infecciones, o incluso ser hereditaria.

¿Cuáles son los primeros signos de espondilitis en perros que los dueños deben vigilar?

Los primeros signos a observar incluyen rigidez notable, especialmente después de periodos de descanso; dificultad para levantarse o acostarse; dolor aparente al moverse o al ser tocado en la zona de la columna; y una disminución en el deseo de saltar o realizar actividades que antes disfrutaba.

¿La espondilitis en perros es curable?

La espondilitis no es curable, pero es manejable con el tratamiento adecuado. El enfoque del tratamiento es aliviar el dolor, mantener la movilidad tanto como sea posible y prevenir la progresión de la enfermedad a través de medicamentos, terapias físicas, y cambios en el estilo de vida.

¿Qué opciones de tratamiento están disponibles para la espondilitis en perros?

Las opciones de tratamiento incluyen medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) para reducir el dolor y la inflamación, fisioterapia para mejorar la movilidad, modificaciones en el hogar como camas ortopédicas y rampas, y en algunos casos, intervenciones quirúrgicas para aliviar el dolor severo o mejorar la funcionalidad.

¿Cómo puedo hacer que mi hogar sea más cómodo para un perro con espondilitis?

Adaptar su hogar para un perro con espondilitis incluye proporcionarle una cama ortopédica que apoye su columna, usar rampas o escalones para ayudarle a acceder a lugares elevados sin saltar, y mantener un entorno tranquilo y accesible para evitar que su perro realice movimientos bruscos que puedan causarle dolor.

¿Hay alguna dieta especial que pueda ayudar a los perros con espondilitis?

Una dieta rica en ácidos grasos omega-3 y antioxidantes puede ser beneficiosa, ya que estos nutrientes ayudan a reducir la inflamación. También es importante mantener un peso saludable para evitar la presión adicional en la columna y las articulaciones. Consultar con un veterinario sobre la dieta más adecuada para su perro es esencial.
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  1. Mónica dice:

    Me gustaría recibir mas información sobre la espondilitis anquilosante, gracias

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